Si el Sol y la Luna
salen cada día,
viven poco tiempo y
vuelven a nacer,
¿por qué no te apuras
y vives la vida
sin esos problemas
que te hacen caer?
Como ese río que, hacia el mar y sin mesura,
ves correr
y cuyas aguas volverán a las alturas;
como ese fénix que arde en llamas al morir,
de sus cenizas otra vez vuelve a vivir;
como ese niño que, después de tanto llanto,
ves reír.
Dime por qué un corazón
se enamora y se rompe en mil pedazos
pero aún tiene fuerzas para dar abrazos
si tiene ese dolor.
Es porque es más fuerte que cualquier herida
y no va a dejar que le trunquen la vida.
Así que tú
ven y abre tus alas y échate a volar,
reescribe un destino donde lograrás
que nada te vuelva a quebrar la cabeza.
Y arriba que hay que luchar
contra cualquier miedo y cualquier problema,
recuerda que siempre hay una puerta abierta.
Que incluso todas esas flores muertas
de nuevo nacerán cuando despierte la primavera.