Aquella tarde de agosto
que me robaste el corazón
y me llevaste a la locura,
no te fijaste en mis ojos
y te compuse una canción
inspirado en tu figura.
Y esperando en tu puerta
tuve la sensación de que
el tiempo se paraba
cuando saliste a la calle,
dejó de girar la Tierra
escuchando tus palabras.
Y desde la tarde aquella
las musas to'as me llamaron
pero al ser tú la primera
ya me tenías conquistado.
Y cayendo ya la noche
me vi preso de tus labios,
me dijiste sin reproches
que te amara más despacio,
que no ardería el calendario.
Y agarrados de la mano
recorrimos medio mundo
y quise parar el tiempo
pa' que pasaran los años
dándote to's mis segundos.
Aquella tarde toqué el cielo,
aquella tarde viví la vida,
todo cambió con aquel "te quiero"
que no se me olvida.
Y cuando pienso, sombra con nombre,
¿qué pasaría
si no existieran nuestros corazones?
¿Quién querría a este poeta,
que aunque el corazón entrega
solo puede ver las voces?
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