lunes, 21 de abril de 2014

La fuerza de la esperanza

Ni las llamas del sol cuando renace,
ni la magia de la luna en la noche,
ni un pueblo que llegue a derramar sangre
contra aquel que gobierne con garrote.
Tampoco el cruel llanto de un bebé hambriento
ni la fuerza de las olas del mar.
Ni la amistad de un mendigo y su perro
que solo la muerte terminará.
Ni el espanto de una madre
cuando su hijo llega tarde,
ni la sombra de la muerte
que sobre un anciano se cierne,
ni la pasión de dos amantes
que se rinden a los placeres
de pasar la noche juntos.
Ni un enfermo moribundo
que para vivir cada día
lucha desde por la mañana.
No encontrarás en  la vida
fuerza mayor que la esperanza.