domingo, 1 de septiembre de 2013

Décima

La vida dura un suspiro
que se escapa del dolor
padecido por amor.
Mi cruel destino dio un giro
y en el pecho sentí un tiro
como una flecha dorada,
una flecha envenenada.
Bajo la lluvia, la llama,
que vive y arde sin rama,
brillará incluso apagada.

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