miércoles, 11 de septiembre de 2013

A Ara y Julio.

Once años ha que una estrella nació
para acompañar al valverdeño y la sevillana
e iluminar radiando la sombra de su amor
do quiera que juntos sus caminos vayan.
Una sonrisa siempre en sus rostros
coronadas ambas por luceros verdes
y que importa lo que piensen otros
mientras seáis felices ustedes.
Ardisteis de la mano muchas horas
y habéis reído y llorado siempre juntos
pero en el banquete y en la boda
hicisteis llorar a todo el mundo.
Mi reina, mi princesa y mi corazón,
hoy vives en tu palacio de cristal
pero no porque cambies de habitación
quiero que ahora vayas a olvidar
que aquí tendrás siempre un rincón
además de un hombro para llorar
si en algún momento de tu vida
sientes un poco de melancolía.
Y Julio, un caballero y un señor
que se ofrece el primero a ayudar
porque es un hombre de valor,
un amigo para siempre, de verdad.
Hoy el llorar no me cuesta dolor,
y en confianza ya te puedo contar
que hoy, y con el corazón en la mano,
más que un amigo, eres mi hermano.
Y me voy, que las horas vuelan
y yo viajo en el reloj contra el viento.
Pero no os preocupéis por el tiempo
y bailad cuando la noche duerma,
que ya habrá lugar para el reencuentro.
Y dejad que aquellos aposentos
acojan algún día la duermevela
de vuestros pequeños hijos,
que tendrán por siempre en Sevilla
el amor y cariño de su joven tito.
Guardad esta carta con aprecio
para que no olvidéis que,
esté cerca o esté lejos,
Julio y Ara, Ara y Julio,
por siempre, os quiero.

1 comentario:

  1. Con esta me hiciste llorar,jeje,bueno con las dos,me encantan,te quiero mucho

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